El plan es lo de menos: lo que realmente importa en la ejecución

He estado en ambos lados: como líder encargada de ejecutar una estrategia y como consultora ayudando a diseñarla. Y desde ambas perspectivas, puedo decirte algo: lo de menos es el plan. La mayoría de los equipos tienen la capacidad técnica para armar un plan estratégico. Algunos incluso pueden pagar un consultor para ayudarles.

El verdadero reto llega en la ejecución. No porque el plan no importe o porque queramos que su cumplimiento sea perfecto, sino porque nunca lo será (nada lo es). Y justo ahí está el desafío: qué hacer cuando las cosas no salen como lo especificaba el plan.

Dicen que todo lo que hemos aprendido en la vida se pone a prueba cuando las cosas no salen como esperábamos. Con la ejecución de un plan pasa lo mismo. Todos los cursos que has tomado, todas las sesiones de coaching y terapia, todo el desarrollo personal... existen para ese momento: para mantener la calma, ver los problemas reales, proponer soluciones y avanzar.

Es por eso, que quiero platicarte sobre los problemas más comunes a la hora de ejecutar un plan estratégico; cuando uno sabe lo que le espera, es más sencillo prepararse.

1. De víctima a responsable. Pasar de un mindset de víctima a uno de responsabilidad hace que la ejecución fluya. Cuando hay errores, asumes las consecuencias, rindes cuentas, tomas nuevas decisiones y sigues adelante.

2. Problemas, problemáticas y hecho.Hay una gran diferencia entre estos tres conceptos. Un problema es simplemente una situación que requiere una solución práctica. Un hecho, en cambio, es una realidad que hay que asumir. Y una problemática es la actitud que tomamos ante el problema. En la ejecución, muchas veces gastamos más energía queriendo "resolver" problemáticas, cuando en realidad lo que necesitamos es cambiar nuestra perspectiva sobre el problema.

3. Aceptación del cambio y flexibilidad. En la edición pasada de este newsletter escribí sobre este tema. Aceptar el cambio es un reto para la mayoría, pero sin aceptación no hay creatividad y, sin creatividad, la ejecución fracasa. No hay recetas infalibles para la ejecución de un plan: todo se resuelve con actos creativos.

4. Inteligencia emocional. Fuera del cliché en que se ha convertido, la inteligencia emocional es clave en la ejecución. Te permite observarte, responder en lugar de reaccionar y prepararte mental y emocionalmente para los escenarios posibles en cada etapa del proceso.

5. Responsabilidad colectiva. Trabajar en equipo no es solo compartir tareas; es aprender a ver más allá de los juicios que tenemos sobre los demás. Muchas veces, esas diferencias que creemos que nos separan son, en realidad, lo que hace al equipo más fuerte.

Un plan estratégico te da guía y dirección, pero también viene acompañado de un cúmulo de expectativas: sobre ti mismo, sobre tu rol en el equipo y sobre lo que crees que podrás o no hacer.

La clave para ejecutar con éxito no es solo técnica, sino humana. Mientras más trabajes en tus habilidades humanas, mejor manejarás la incertidumbre, responderás de manera efectiva a los desafíos, ampliarás tu rango de acción y reducirás el estrés.

¿Cómo te estás preparando para tu mejor ejecución?