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Tolerancia y flexibilidad: el ejercicio mental del futuro
Este domingo fui testigo de la necedad de una persona. A toda costa quería resolver un tema que, por el día de la semana y la magnitud, no era posible. Pese a eso, pasó horas en el teléfono, sin importarle el tiempo de las personas a su alrededor y sin notar cómo su actitud, su necesidad de que todo se resolviera como él quería, cuando él quería, estaba echando a perder el día.
Me vi reflejada y me cuestioné cuántas veces me he portado de la misma manera: inflexible, aferrada a la manera en que quiero que las cosas pasen y con los oídos cerrados a cualquier otra perspectiva o solución. Pude contar varias. ¿Te ha pasado?
Esto me hizo reflexionar sobre la importancia de la tolerancia y la flexibilidad a la hora de interactuar con otras personas, ya sea en el ámbito de la familia y la vida social o en el laboral.
Tolerancia: la convivencia armónica de las diferencias
Primero déjame darte una nueva definición para tolerancia: la convivencia armónica de las diferencias (Alfonso Ruiz Soto). Esto da un nuevo significado a la palabra, deja de lado el "aguantar" o "respetar" y trae a la mesa "escuchar", "ser curioso" e "incluir". Comprender que tu punto de vista y tu perspectiva no son las únicas y que tus actitudes te afectan no solo a ti, sino a todos a tu alrededor, trae abundancia a tu vida, abundancia de puntos de vista, abundancia de ángulos, abundancia de soluciones y por lo tanto flexibilidad.
Ser tolerantes y flexibles, significa estar abiertos a pensamientos, creencias y maneras de hacer las cosas diferentes a las tuyas, que estas pueden convivir en el mismo espacio, que no se suprimen y que al contrario, pueden sumar.
En la oficina: introspección antes del juicio
Intolerante e inflexible son características que muchas veces achacamos a un jefe o líder. Sin embargo, no es necesario tener un grado jerárquico para serlo. Antes de juzgar a alguien más con estos adjetivos, mírate y reconoce cuántas veces has sido la persona necia a la que no le importa ninguna manera más que la suya. También reconoce las veces que has sido tolerante, flexible e inclusivo con diferentes puntos de vista. Haz un balance y date cuenta no solo de lo que lograste, sino de cómo lo lograste. La efectividad a costa de la supresión del otro no es suficiente.
El futuro del trabajo, que ya nos alcanzó, demanda de nosotros innovación, creatividad y resiliencia. Cosas que nunca podremos alcanzar si primero no abrimos nuestra mente a diferentes maneras de pensar y de ser, si no somos flexibles en cuanto a las formas de solucionar las cosas.
Si ya te diste cuenta de que eres intolerante e inflexible, lo que sigue es desaprender. Ve a terapia, coaching o busca herramientas que te ayuden a soltar la rigidez que te impide avanzar en el nuevo mundo. El famoso "si ya saben cómo soy, para qué me invitan" ya no aplica.
La mente es como un músculo: se amolda según el ejercicio que le hagas hacer. Los años y la práctica de la intolerancia la vuelven rígida. Así como el ejercicio físico devuelve flexibilidad al cuerpo, la práctica de la tolerancia devuelve flexibilidad a la mente y nos prepara para un futuro más pleno, más productivo y, sobre todo, más humano.
Revoluciona tu camino
Transforma tu vida, toma la decisión de empezar a conocerte, ahora.